martes, 18 de octubre de 2011

Universidad de Los Andes

En todo el mundo, el fenómeno de la globalización ha despertado una conciencia cada vez más clara del valor e importancia del patrimonio cultural como sustento del carácter propio y único de cada nación. Durante los últimos años ha crecido también en Chile el interés por el tema de nuestra memoria e identidad como país. Aunque esta preocupación no ha logrado todavía permear las políticas públicas, ella comienza ya a dar fruto en instituciones, grupos y particulares que emprenden acciones orientadas a recuperar, conservar, revalorizar y difundir elementos de nuestro patrimonio histórico y cultural, ya sea material o inmaterial.
Cuando todavía queda mucho por hacer en Chile en la gran tarea de afianzar nuestra identidad, los graves daños provocados por el terremoto del 27 de febrero pasado en toda la zona centro sur han vuelto a poner en evidencia el apego que las comunidades sienten por su patrimonio: edificios públicos, casas patronales, templos, imágenes y, en general, espacios y objetos en torno a los cuales gira la vida cotidiana de cada lugar.
De esta catástrofe surge entonces una nueva oportunidad para educar y movilizar a los diferentes sectores de la sociedad en relación al valor que el legado histórico y cultural de las generaciones pasadas tiene para cada individuo y grupo humano.
En esta labor resulta más urgente que nunca contar con especialistas capaces de generar y liderar proyectos patrimoniales con un enfoque integral, en el más amplio sentido de la palabra: proyectos que abarquen una vasta gama de problemas, desde lo cultural a lo social, ejecutados mediante un método interdisciplinario, que logren involucrar al Estado y al sector privado y que, por último, tengan un efecto multiplicador a través de la educación y las comunicaciones.
La Universidad de los Andes, a través de su Instituto de Historia, imparte desde el año 2005 el Máster en Historia y Gestión del Patrimonio Cultural. Se trata de un postgrado orientado a formar profesionales en el campo de la gestión cultural con énfasis específico en el estudio del patrimonio, entregándoles instrumentos conceptuales y metodologías que les permitan conocer, rescatar, difundir y administrar los elementos que constituyen nuestra memoria nacional.

El programa, abierto a profesionales de distintas áreas, busca fundamentar esta labor de gestión en el conocimiento y valoración de las raíces históricas y patrimoniales. En este sentido está ligado al campo de la historia de las manifestaciones artísticas y culturales, como también a la conservación, puesta en valor y proyección sustentable del patrimonio en el país. Al mismo tiempo, este postgrado pretende desarrollar competencias prácticas en los alumnos, en materias como diseño de proyectos, captación y administración de recursos, educación y otras, que les permitan concretar y llevar a cabo con éxito sus iniciativas.

ORDEN DE MALTA y ALIANZA DE COOPERACIÓN CON LA CORPORACION AMIGOS DE CHEPICA - Fundación de Beneficencia Auxilio Maltés

La Orden de Malta está presente en Chile a través de su Embajada y de la Asociación Chilena de los Miembros de la Orden, integrada por los Caballeros y Damas que pertenecen a la Orden.
La Asociación Chilena de los Miembros de la Orden de Malta fue aprobada por Decreto 13448 del Gran Magisterio, del 6 de julio de 1973. Su estatuto civil consta de escrituras del 30 de marzo y 19 de octubre de 1987. Su personería jurídica fue concedida por Decreto del Ministerio de Justicia 1078 del 4 de noviembre de 1987, publicado en D.C. del 17 de noviembre de 1988.

La marca de la Cruz de Malta fue inscrita el 14 de julio de 1988 con el N° 332554, clases 16 y 35. Su RUT es 71.475.400 – 9.

Fiel a sus principios fundacionales, “Tuitio fidei et obsequium pauperum”, la Orden de Malta en Chile despliega sus actividades a través de tres vías: la hospitalaria, la espiritual y la cultural y social.

En una primera etapa, la Fundación Auxilio Maltés ha focalizado sus esfuerzos en la comuna de Chépica en construir un "Mercado Maltés", locales de pequeños comerciantes que situado a un costado de la Plaza de Armas reactive el legado de tradiciones (artesanal, gastronómica, entre otros) y de rescate patrimonial. Para lo anterior, ha realizado diversas actividades entre sus voluntarios y colaboradores en pos de recursos y ayuda.

La Corporación Amigos de Chépica asume públicamente su compromiso con la reconstrucción del patrimonio cultural de la comuna:

En una ceremonia en la que estuvieron presentes autoridades municipales, encabezadas por la alcaldesa, el diputado por la zona, Juan Carlos Latorre, empresarios, dirigentes sociales y vecinos,  la Corporación de Amigos de Chépica se constituyó oficialmente ante la comunidad, en una ceremonia en la que destacaron las emotivas palabras de su presidente, el columnista David Gallagher.
En la oportunidad se insistió en el compromiso de la entidad sin fines de lucro por rescatar el patrimonio arquitectónico y cultural de la comuna, dañado seriamente por el terremoto de 8,8 grados de principios de año. En el marco de la ceremonia, además, se firmó un convenio de cooperación con la Universidad de los Andes y su Máster en Historia y Patrimonio Cultural, alianza de vital importancia para velar y promover por el patrimonio de Chépica, su identidad y cultura. Asimismo se destacó el trabajo conjunto con la Orden de Malta, entidad de cooperación internacional, que construirá un mercado local que promoverá el emprendimiento de los productores y artesanos de Chépica. Durante el día, además, la Clínica Indisa desarrolló un operativo médico con cerca de 50 profesionales que atendieron las necesidades de salud de la población más necesitada.
Terminado el evento, con el desvelamiento de tres gigantografías con las fachadas de los principales obras que se reconstruirán, los vecinos, dirigentes y autoridades locales valoraron la determinación de la Corporación por rescatar el patrimonio cultural de la comuna así como considerar en su desafío a las vecinas y vecinos de Chépica.
Llamó la atención, asimismo, la envergadura de todos los proyectos que se están pensando en beneficio de la historia y tradiciones de la comuna pero también en función de su desarrollo y crecimiento. La comunidad Chepicana, en tanto, junto con agradecer la iniciativa se mostraron entusiasmados en participar y apoyar las futuras actividades y tareas.

Entre éstas, la más importante será sin duda la participación de otros colaboradores en la corporación y el apoyo financiero que se pueda captar para los desafíos que vienen por delante.

domingo, 16 de octubre de 2011

Valor patrimonial de los pueblos de Colchagua

En el año del Bicentenario la idea era celebrar y conmemorar no sólo los 200 años de historia independiente sino que también rescatar los valores y tradiciones que como pueblo nos unen e identifican. Sin memoria, no hay identidad. Y ésta se construye mirando a nuestros héroes, nuestras batallas, nuestros logros y nuestros fracasos. También rescatando las tradiciones, los mitos y leyendas, los cuentos y relatos así como los juegos, productos, comidas, bailes y cantos que han dado cuerpo al alma de Chile. Y en ello, la zona central es en tradiciones y patrimonio la más fructífera, la que representa un solo Chile, personificado en el huaso ladino que con su sombrero o su chupalla dibujó nuestra historia. Esta riqueza, afectada profundamente con el terremoto del pasado 27 de febrero de 2010, se aprecia en el camino rural de sus pueblos, en sus iglesias del siglo pasado, en sus fachadas pintadas, en los largos corredores de sus casas, en sus patios interiores, en sus alamedas de álamos frondosos. San Javier, Codegua, Pichidegua y Yerbas Buenas; Nancagua, Las Cabras, Pichilemu, Doñihue y San Vicente; Chépica, Santa Cruz, Peralillo, Pumanque o Lolol, Vichuquén o Cobquecura, son sólo algunas de las localidades cuya riqueza patrimonial se vio afectada pero que poco a poco han ido recuperando sus construcciones más características gracias al aporte y trabajo de organizaciones públicas y privadas. Son pueblos que nos hablan de la arquitectura tradicional y de las prácticas costumbristas como la trilla a yegua suelta y el rodeo. Son pueblos que nos llaman al recuerdo y contemplación, al respeto y admiración por lo que fueron y por lo que son: testigos de una tierra chilena, con garra y corazón. Es tiempo de celebrar aunque aún no nos levantemos. Es tiempo de admirar el valor patrimonial de la zona de Colchagua y rescatar de nuestras raíces la identidad del Chile que se sobrepone a la adversidad.

Como hacer realidad este sueño

La Corporación Amigos de Chépica se gestó tras 9 meses de encuentros y reuniones en que sus miembros fueron dando –de a poco- vida a esta institución. En cada una de estos encuentros y largas conversaciones  se repetía la necesidad de mirar con ojos de futuro a la comuna. Por ello la restauración, tras el terremoto y precisamente justo en el año del bicentenario eran el motivo central pero también inicial para asumir un compromiso de largo plazo  en el que debían sumarse otros actores y los propios vecinos de Chépica.
Por ello la tarea comenzó con definiciones y acciones relevantes como las necesarias para reunir fondos que permitieran el rescate patrimonial. Luego avanzar en alianzas y convenios para sumar esfuerzos en la tarea de reconstrucción y desarrollo de la comuna, siempre en coordinación estrecha con la Municipalidad de Chépica, sus autoridades  y profesionales involucrados en este esfuerzo. El primer paso, ha sido el de reunir fondos que hicieran posible la reconstrucción patrimonial. Para esto han sido muy importantes los convenios suscritos con la Municipalidad de Chépica y la Fundación Auxilio Maltés; las alianzas de cooperación con el Obispado de Rancagua, la Fundación Las Rosas y  el Centro de Estudios del Patrimonio de la Universidad Central, además de los importantes aportes privados de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID),  Clínica Indisa, Colegio Alemán y Colegio Las Ursulinas, entre otros.

Primeros pasos

Como punto de partida y fundacional, la Corporación Amigos de Chépica está empeñada en colaborar en la reconstrucción de la iglesia de San Antonio de Padua, ubicada en la plaza de la comuna, y en cuya construcción -que data del siglo ante pasado- se utilizó principalmente adobe.
Más tarde y a consecuencia de otros terremotos como el de 1906 se le reforzó con otros materiales como albañilería de ladrillo y algunas estructuras de hormigón, siempre conservando su carácter colonial. Con capacidad para 300 personas, la iglesia destacaba –además- por su imponente altar que, según fuentes de la época, fue usado en la catedral de Santiago.
 Reconstruirla es una iniciativa que no sólo responde a la urgencia de devolverle a la comuna uno de los principales lugares de culto del pueblo sino también de identidad e historia.
Es aquí donde se organizaban las misiones en las que participaban los habitantes de localidades cercanas como Las Arañas, Auquinco, Las Rinconadas, entre otros. Es aquí donde se celebra la tradicional ceremonia del pan, donde desde el altar el párroco bendice – en el día de San Antonio, patrono de la comuna y sus habitantes- los panes que los feligreses llevan sin levadura ni sal y que esparcidos luego por los campos auguran buenas cosechas. Es aquí donde han contraído matrimonio y se han bautizado generaciones de vecinos de Chépica.
Es aquí, entonces, donde debía comenzar este sueño que esperamos sea una realidad en el más corto plazo para que sea nuevamente el gran punto de encuentro de la familia Chepicana y la semilla que se convierta, en el futuro, en una fructífera cosecha.

Alcances


La Corporación tiene como objetivo central colaborar con la restauración, mantención
y conservación del patrimonio de la comuna de Chépica, especialmente en lo que tiene relación con el rescate de aquellas construcciones más emblemáticas que –hasta el 27 de febrero pasado-guardaban en sus paredes de adobe, techos de tejas de arcilla cocida o amplios corredores tantas y tantas historias y personajes que hicieron de Chépica lo que es hoy. Levantarlas, rescatar aquellos detalles que las hicieron tan características del Chile del siglo pasado, preservar los aspectos arquitectónicos de su fisonomía serán el primer paso de este esfuerzo que mira con visión de futuro.
Porque la reconstrucción de sus edificios más simbólicos es una poderosa excusa pero no es la única.
Fomentar y promover el desarrollo de la comuna de Chépica es sin duda un desafío que la corporación asume como un trabajo a largo plazo que reuniendo la voluntad de muchos puede ser posible. Para ello se ha avanzado en convenios y acuerdos con diversas instituciones privadas y públicas con el objeto de que a partir del rescate del patrimonio histórico y los valores que la comunidad de Chépica comparte y atesora, la comuna se reposicione y se ubique en las rutas tradicionales, turísticas y gastronómicas del país.

Quiénes Somos

La Corporación Amigos de Chépica es una institución privada sin fines de lucro que reúne a un grupo de chilenas y chilenos que -ligados de una u otra forma a esta tradicional comuna de la región de O´Higgins- tras el terremoto del 27 de febrero de 2010 y la destrucción que éste provocó deciden reunirse en torno a un desafío común y ambicioso: contribuir a rescatar el patrimonio de Chépica  colaborando con las labores que lideran las autoridades comunales. No se trataba, entonces, sólo de reconstruir alguna edificación de la localidad sino de sumarse a los sueños de los chepicanos de levantarse con más fuerza, con mayor decisión y con una mirada de futuro que permitiera no sólo mover bloques de adobe,  ladrillos u hormigón sino de levantar el espíritu y orgullo de pertenecer a una tierra chilena, que desde el alba al ocaso, recuerda y enaltece al Chile campesino de los siglos pasados.
Conscientes de esta riqueza y dolidos por un pueblo cuyas principales edificaciones no resistieron la fuerza destructora del movimiento telúrico, es que la iniciativa termina dando vida oficial a esta Corporación el 4 de octubre del 2010.
Como presidente de ésta asume don David Gallagher, quien desde distintas tribunas y tan pronto éste desastre de la naturaleza nos asoló, se había abocado a sensibilizar a la opinión pública nacional con la pérdida patrimonial y arquitectónica de Chépica, a él luego se suman varias otras iniciativas con el mismo propósito.
El motor que mueve e inspira a este grupo de chepicanos de corazón es contribuir a mantener viva la memoria, reforzar la identidad, rescatar los valores más arraigados en una tierra agrícola por excelencia y velar por el respeto y promoción de las tradiciones de un pueblo de alma chilena.
Ello se refleja en los rostros de los habitantes de Chépica, que a pie, en caballo o en bicicletas recorren sus  alamedas, sus campos, sus edificaciones de adobes, su plaza, sus capillas y su iglesia. A ellos y con ellos se espera trabajar para torcer el destino que tenía preparado el 8.8 –como se le ha llamado al pasado terremoto- para simbólicas construcciones como la iglesia San Antonio de Padua, cuyo campanario se rehusó a caer y hoy es testigo de la fuerza con que el sismo sacudió a nuestra tierra.